miércoles, 21 de octubre de 2009

¡¡¡ Bravo, Bibi !!!

Mi relación con Bibi comenzó casi igual, yo aplaudiendo algo que ella escribió.
Y hoy, después de .... (¿cuántos, Bibi?) algunos años, sigo aplaudiéndola.
Ahora la aplaudo por lo que escribó aquí: QUÉ ES SER.......ESCORT.........
¡¡¡ BRAVO, BIBI !!!
Y no.... mi apluaso de hoy, como el de hace algunos ayeres, no contiene ninguna connotación, ni interés, ni nada... es solo eso, un aplauso.. más o menos similar a los que le le doy a carretadas a Hilda Tenorio.... .... ¿cómo? ¿no sabes quién es Hilda Tenorio? ... ts, ts, ts, ts ....
Te dejo un videíto para que veas porqué la aplaudo tanto.

viernes, 16 de octubre de 2009

Ahora le toca a la Maestra o Una Sorpresita caliente

Ariel es una muchachita linda, chiquita, delgadita y con una sonrisa cautivadora.
La semana pasada me llamó para invitarme a … a … a comer, quedamos para el martes 13.

El martes en la mañana me llamó para confirmar, diciéndome que además me tenía una sorpresa, bueno, más bien una sorpresita; confirmamos que la cita sería en conocido lugar de Patriotismo (por cierto, se llama igual).

Al legar, la llamé para confirmarle que ya estaba en el lugar y le di el número de "mesa", me comentó que ya estaba bajando del taxi y efectivamente, antes de cinco minutos, ya estaba tocando la puerta.

Ella venía muy linda, como es su costumbre, me abrazó, me besó y me dijo: "mira lo que te traje, esta es tu sorpresita".

La sorpresita era una muñequita realmente preciosa, chiquita, morenita, un cuerpo con curvas muy delineadas y una carita angelical, rematada con un par de ojitos verdes de mirada muy pícara que me dejaron en estado de contemplación profunda (o sea, me dejó pendejo) durante varios segundos.

Me dijo que era su amiguita, que quería iniciar en el negocio, pero que no sabía muy bien qué hacer y cómo hacerlo, por o que ella se ofreció a enseñarle todos los secretos del asunto, ya le había enseñado la parte teórica y lo que seguía era la parte práctica con material didáctico (o seáse, yo).

Ariel comenzó a dar algunas instrucciones, pero creo la muchachita no estaba poniendo mucha atención, porque ya estábamos abrazados y yo no podía separar mis labios de esa boquita deliciosa, ni mis manos podían dejar de recorrer las curvas de ese cuerpecito tan bien diseñado.

Su blusita verde ya estaba en el suelo y al ver Ariel que estaba yo batallando con el brassier, se acercó a ayudarme y liberó un par de senos realmente hermosos. Los acaricié y me hice para atrás para contemplarlos y Ariel, que estaba a sus espaldas, tomó uno con la mano y me lo ofreció: "Mira qué lindo, ¡Chúpaselo!".

Seguí las indicaciones de la instructora y de ahí me seguí con el otro… y con su vientre… y así llegué a su ombliguito y seguí bajando para encontrar el obstáculo de su pantalón. Lo desabroché y me deshice de él bajando mis manos por esas redondas nalguitas que atraparon mi atención desde que entró, después de que pude quitar la vista de su hermosa carita.

Continué con las instrucciones hasta llegar a su calzoncito, lo besé y un suspiro profundo escapó de la boquita de la educanda, por lo que supe que le encantaría el siguiente capítulo.

El calzoncito pronto estuvo en el piso y me dediqué a saborear aquella juvenil conchita que palpitante y húmeda se entregaba gustosa a la caricia, al tiempo que Ariel me quitaba la ropa.

Cuando ya me tuvo desnudo y cuando ya la Alumna estaba en el séptimo cielo, Ariel me acarició el pene con cariño, le dio un beso en la puntita y le dijo a su amiguita: "Ven, póntelo en la boquita".

La obediente niña lo puso en su boquita, Ariel trataba de instruirla, pero la verdad, la chiquilla no necesitaba muchas instrucciones, sabía perfectamente esa parte del curso, es más, creo que podríamos haberla exentado en esa materia, pero hubiera sido muy estúpido si le digo a la profesora que sabía hacerlo tan bien como ella, así que me hice menso y dejé que Ariel le siguiera indicando todos los pasos.

Afortunadamente Ariel es muy ducha en estas artes pedagógicas, porque le explicaba algún procedimiento y se lo mostraba prácticamente, por lo que entre demo y demo, las dos me tenían en las nubes.

En una de esas, la amiguita dice "¡Ay, ya!, ¡ya métemela!" y se acomodó en la posición adecuada para la maniobra, guiando mi feliz miembro hacia la entrada, pero Ariel la interrumpió: "¡No! ¡Ponle el condón! ¿ya ves? ¿qué tal si te dejo sola?".

Y ahí le estuvo explicando hasta que el asunto estuvo debidamente colocado y ahora sí, lentamente fui penetrando esa jugosa y apretadita cosita mientras ella me tomaba de los costados y movía sus caderas hacia mí, tratando de apresurar el lance.

Para ese entonces Ariel ya no tenía nada de ropita, estaba muy atenta a todos los movimientos de su alumna, alternaba sus caricias entre mi cuerpo, el cuerpo de su alumna y el suyo, aunque creo que cada vez más se acariciaba ella misma y menos a nosotros.

"Ya, ya, ya ", interrumpió, "ahora ponla de perrito". Eso me hizo recordar que esa posición es la favorita de Ariel, tal vez por eso le urgía ver a su amiguita así.

La acomodó muy minuciosamente, cuidando cada detalle, en una posición estable, simétrica y bien centrada en la cama, como si se tratara de una decoradora de interiores moviendo un sofá por toda la sala.

Y el resultado fue formidable, la niña se veía espectacular, tanto que la misma Ariel tomó mi pene con una mano y lo guió a la entradita con precisión milimétrica. Y el efecto fue el esperado, la niña gritaba y sus hermosas nalguitas chocaban fuerte contra mí, haciendo el clásico ruido del doggy style, para beneplácito de Ariel, quien ahora frotaba frenéticamente su entrepierna con una manita y con la otra acariciaba los bamboleantes senos de su alumna.

La aprendiza se tendió boca abajo en la cama, poniendo una almohada bajo su vientre y yo con ella sobre su espalda, entrando y saliendo de ella y sintiendo sus nalguitas como las quería sentir. Sus gritos se hicieron más fuertes y rítmicos y les siguió un "Aaaagghhhh" seguido de algunos fuertes apretones de sus nalguitas….

Interrumpimos un momento y su sonrisa era encantadora, no pude hacer otra cosa que besarla y acariciar sus encendidas mejillas… había estado realmente sensacional, graduación con mención honorífica.

Después Arielita rompió el silencio: "Ya, vete a bañar, ahorita te alcanzo" … y cuando hubo entrado en el baño, me jaló a mí diciéndome: "Te gustó, ¿verdad? Pero a mí no me dejas así, ahora le toca a la maestra"……

Aún no sé si esta pequeñita decida dar el salto de amateur a profesional, pero si lo hace, estoy seguro de que todo aquel que esté con ella disfrutará como yo de la frescura y calentura de esta tremenda escuinclita.

Tal vez pronto veamos a ADISSON (es el nombre que le gusta) anunciada en ya saben dónde.

lunes, 5 de octubre de 2009

¡Sí se puede en un VW!

Hace algunos años... bueno, ¡está bien!, Hace muchos años, me cambiaron de puesto y como tenía que visitar a los proveedores, me asignaron un flamante VW sedán, color blanco.

Ese día estaba contentísimo, salí de la empresa despasiiiiiito para que todo el mundo viera mi recién asignado auto.
Al llegar a casa, La Leona salió a ver el potente vehículo y salimos a "dar una vuelta".

Estuvimos paseando por aquí y por allá, yo trataba aún de familiarizarme con el coche, por lo que decidí practicar una parte importante en la conducción de automóviles: "cómo agarrarle la pierna a la ocupante del asiento de al lado".

Pues entre práctica y práctica, ella decidió también ponerse a practicar los fundamentos básicos de la mujer cuando va de copiloto, en la parte que corresponde a "cómo estimular debidamente al conductor".

Como ya lo que menos nos interesaba era hacia dónde íbamos, fuimos a parar a las obscuras y arboladas calles de la Guadalupe Tepeyac.

Me detuve en una calle particularmente obscura, aunque no era tan tarde, alrededor de las 19 horas.

La Leona me preguntó si se podia hacer el asiento hacia atrás, lo moví hasta atrás y así ella pudo acceder tranquilamente con su boquita a lo que tanto venía poniendo a punto en el camino.

Mientras ella estaba en eso, yo como podía trataba de disimular ante la mirada de alguno que otro transeúnte, aunque creo que resultaba bastante difícil.
Por fin se separó, se bajó el pantalón y el calzoncito a las rodillas y se sentó sobre mí y con las manos en el volante me dijo: "Ahora sí, enséñame a manejar, así sí aprendo".

Así estuvo moviéndose de adelante hacia atrás, primero tímidamente, hasta que comenzó a adquirir un buen ritmo y después empezó a brincar sobre mí.

El pequeño autito se movía mucho y yo estaba seguro de que media colonia nos estaba observando, pero la verdad, ya me valía madres si nos veían o no.

Ella se bajó de repente, "ayúdame a quitarme el pantalón". Lo quitamos y ahora se sentó nuevamente encima de mí, pero ahora de frente a mí y como pudo se acomodó para quedar en una posición adecuada para oder brincar a gusto. En una de esas quitó el freno de mano y la cosa casi termina en tragedia, pero alcancé a frenar y a advertirle que tuviera cuidado con esa palanca.

Ella estaba prendidísima, entre jadeos me murmuraba que todos nos estaban viendo, que había gente en la ventana de una casa que estaban bien atentos y que todos los que pasaban por la esquina volteaban a ver a el alegre vochito saltarín.

Por fin ella se apretó mucho contra mí, se convulsionó un poquito, se quedó algunos segundos quietecita y se bajó rápidamente de mí, se abrochó la blusa y me dijo: "Ya, vámonos rápido que todos nos están viendo.... y guárdate eso..."



Años después lo hicimos en un auto más amplio, más planeado y en un paraje desolado, pero no fue igual, no hay nada mejor para coger que un VW sedán estacionado en una calle medio solitaria... sobre todo cuando ambos pesan menos de 60 kg.