miércoles, 15 de julio de 2009

Día de la Secretaria

Ese día fuimos a festejar un cumpleaños de un colega de la oficina llamado Max . (No ese Max, otro Max)

Hilda era la secre de 4 changos que aún no teníamos suficiente trabajo para tener una propia... o séase, estábamos aún en los primeros escalones de la escala del progreso (Éramos gatos, pues...).

Era una muchacha linda, como de 28 - 30 años, güerita, como de 1.65 y como 34b.

La fiesta se celebraría en la casa de Max, que no estaba en uno de los mejores rumbos de la ciudad, por lo que Hilda no quiso llevarse su auto, lo dejaría en el estacionamiento de la Empresa (conocida Empresa en conocida Calzada de conocida Ciudad) y Arturo la llevaría a la fiesta y la regresaría a la Empresa en la noche, para llevarse su auto.

Total que a las 5:31, ya estábamos en el estacionamiento para irnos a la pachanga, pero Arturo se tenía que quedar media hora más para hacer un nosequemadres importantísimo, por lo que Hilda se subió a mi coche (aún no tenía Ferrari).

Llegamos a fiesta, ya saben, comida oaxaqueña, pastel, ron, brandy, tequila, cervezas...

Comenzó el bailongo. Yo no soy muy afecto a bailar, de hecho, es rarísimo cuando decido hacer el ridi arritmo de la música, pero Arturito me retó diciendo que sabía bailar rock'n roll mejor que yo y se puso a dar vueltas con Hilda.

La verdad, no bailaba mal el chamaco, pero no podía dejar las cosas así, por lo que a la siguiente pieza, puse a Hilda a girar como perinola para demostrarle que estaba muy imbebre para esos ritmos...

Y la canija empezó a hacernos el juego, una pieza con él, una conmigo.... y así fue hasta que cambiaron la música y mejor fui a platicar por otro lado (y a descansar de tanta pinche vuelta)...

Después de un par de horas y varios vasos de equila, Hilda se acercó a mí para pedirme que bailara con ella, era una pieza lenta, alguna baladita, pero lo interesante fue que Hilda se me pegó mucho, sus brazos rodeaban mi cuello y su pecho se pegaba al mío, provocando alteraciones serias en mi normalmente ecuánime y frío comportamiento, tanto así, que cuando terminó la pieza, nosotros seguíamos "bailando" muy en nuestra onda hasta que el resto de los pocos invitados que sobrevivían nos lo hicieron saber con burlones comentarios.

Total, que yo me fui a sentar e Hilda se quedó bailando sola una pieza rítmica y cachondona, se movía bien la niña, acariciaba su cintura y sus caderas y se levantaba un poco el delgado vestidito con las manos en los muslo.... la verdad, estaba dando un buen show.

Arturito como que no se aguantó y se levantó a seguirle la onda, se movieron hacia una zona de penumbra y su baile se puso muy caliente, todos pensábamos que se subían a una de las recámaras de la casa de Max (quien a la sazón, yacía inconciente entre dos sillas, una mesa y una maceta).

De repente, que interrumpe el baile Hilda para anunciar que ya era muy tarde y era hora de retirarse.

Fue por su bolso y comenzó a despedirse de los aún con vida. Cuando llegó conmigo, comenzó otra melodía y me abrazó para "bailar". La verdad, de baile no tenía nada, solo movía rítmicamente sus caderas y rozaba su pubis con mi pierna... ¡la niña estaba hirviendo!.

Y me susurró al oído:
- Oye, ¿me puedes llevar por mi coche? es que Arturo ya está bien borracho y me quiere coger.
- Sí, claro, con gusto; no te preocupes, yo te llevo (mmmta, ya valió.... nomás voy a servir de chofer)

Se discupó con Arturito diciéndole que mejor se iba conmigo, porque él ya había bebido mucho y que además ella había llegado conmigo y conmigo se iría.... no le hizo mucha gracia al Arturín, pero ahí se quedó refunfuñando.

Al subirse a mi coche, se acurrucó en el asiento y me preguntó: "¿Me puedo dormir"? - Claro, ponte cómoda.

Úchala....además de chofer, va dormida la nena....

Después de unos minutos, ella se movió y puso sus manitas entre sus piernas... y comenzó a frotarse ligeramente, casi imperceptiblemente, con los ojitos totalmente cerrados.....

En eso despertó y estábamos casi para llegar a la Empresa y me dijo: "No seas tarado, ¿A poco me vas a llevar por mi coche?... ¡Llévame a otro lado!"

Pues la llevé a otro lado, no demasiado lejos de ahí....

La niña iba con la temperatura muy alta, por lo que el encuentro fue muy intenso, plagado de gritos, de sudor, de cambio de posiciones... de sexo por el simple gusto del sexo.

Me encantó descubrir que el pelo castaño era natural y que Hilda era realmente tan caliente como se decía en Radio Pasillo.

A las 3 am llegamos a su casa, ya no fuimos por su coche al estacionamiento, le dio pena con los policías, "Siempre que llego en la madrugada por mi coche, se me quedan viendo con esas miradas libidinosas y luego me sonríen en la mañana y me siento incómoda"

Bueno, así son las Secres, esas niñas que todos amamos...
Feliz día de la Secretaria.

3 comentarios:

  1. Te voy a agradecer de la manera mas atenta dejes de tomarle fotos a mi asistente ejecutiva (le dices secre y te anda rompiendo la madre) cada vez que vienes a mi oficina.
    Santini.

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  2. Con una secre asi todos los dias se los festejo
    Max (el Max que ya sabes)

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  3. Yo quiero una secre así, aunque también me llame tarado. jajaja

    Odiseo

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